Transformación y fortaleza de los negocios digitales: ¿dónde estamos?

TPB303, jul20. Considerada como esencial para garantizar tanto la continuidad de los negocios como la competitividad y el crecimiento empresarial, la transformación digital ha sido un foco de atención para las empresas durante varios años. En este contexto, podemos suponer que esta evolución de las organizaciones y de su modo de funcionamiento se extiende hoy en día a todo el tejido económico e institucional, independientemente del país. Sin embargo, ¿es esto cierto? ¿No existe cierto desajuste entre lo que se ha dicho y la realidad?

AUNQUE EN 2019 la mayor parte de las empresas española si se autopercibían ya inmersas en el proceso de digitalización (reconociendo no obstante bastantes carencias, sobre todo en el caso de las microempresas), la realidad ha puesto de manifiesto que no estaban tan preparadas; éstas no podían adoptar un modelo 100% digital de la noche a la mañana.

De hecho, este período de aislamiento ha sido una verdadera prueba de fuego para examinar el nivel de preparación de las empresas y su capacidad de resistencia cibernética. En este sentido, y durante nuestras operaciones de soporte, hemos sido conscientes de que muchas infraestructuras de TI han sido dimensionadas para soportar un crecimiento del teletrabajo.

No hay que olvidar que, en el caso de España y antes de las consecuencias derivadas del covid-19, el porcentaje de trabajadores que realizaba normalmente (o más de la mitad de los días) su actividad laboral desde casa representaba el 4,8%ii, mientras que los que lo hacían ocasionalmente suponían el 3,5%, según la Encuesta de Población Activa. Lamentablemente, esto no es suficiente para garantizar la plena continuidad de las actividades en muchos sectores.

Evolucionar la organización para permanecer en el negocio

Durante este periodo de parón, muchas empresas han tenido que adaptarse para poder continuar sus operaciones, dependiendo en gran medida de la tecnología digital para llevar a cabo su actividad. A este respecto, las empresas que habían iniciado una verdadera transformación digital antes de la llegada de la pandemia, se han situado en una mejor posición para limitar el impacto de la crisis en sus negocios, demostrando que la transformación digital ya no es sólo una cuestión de rendimiento y productividad; es claramente un medio de supervivencia.

A la luz de estos hechos, parece claro que las organizaciones tendrán que consolidar o reinventar los cimientos de una nueva organización en la que la tecnología digital desempeñará un papel central. Igualmente, esta nueva posición estratégica de la tecnología digital para garantizar la sostenibilidad de las empresas y la continuidad de los servicios públicos también pone de relieve la necesidad absoluta de prever su protección. Ahora más que nunca, la ciberseguridad debe ser una responsabilidad colectiva fundamental.

Una prioridad máxima para las industrias sensibles

Si bien la transformación digital afecta a todos los interesados, es aún más crucial garantizar el buen funcionamiento de las infraestructuras críticas y operativas, especialmente en los ámbitos de la energía, la ordenación de los recursos hídricos, la defensa o la salud. A ese respecto, es esencial crear organizaciones resistentes a todos los riesgos posibles, incluidos los ciber-riesgos, que constituyen una amenaza real, como lo demuestran, entre otras cosas, los recientes ataques contra distintos hospitales del mundo. Las organizaciones críticas deben continuar su transformación digital y asegurar su infraestructura para persistir en el cumplimiento de su misión vital para millones de personas.

No caer en el olvido

Después de la crisis, el principal peligro será pensar que podemos volver a nuestros métodos de trabajo anteriores y pretender que esta situación excepcional no vuelva a ocurrir. El electrochoque que hemos sufrido debe ayudarnos a identificar con mayor precisión las lagunas que la tecnología digital puede llenar y las mejoras que puede aportar en cuanto a la continuidad operativa, la gestión de la relación con los clientes, las comunicaciones internas y externas y la creación de valor en la oferta de productos y servicios, pero también para el mantenimiento de las conexiones sociales cuando la distancia es la regla. Los proyectos de transformación digital y las cuestiones de ciberseguridad conexas ya no deben considerarse como temas puramente técnicos, sino como una fuente de resistencia comercial y una prioridad máxima para todos los altos directivos.

Borja Pérez,

Country Manager Stormshield Iberia

«Los proyectos de transformación digital y las cuestiones de ciberseguridad conexas ya no deben considerarse como temas puramente técnicos, sino como una fuente de resistencia comercial»

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