La transformación digital llega también a la eficiencia energética

Las claves para un futuro más sostenible y competitivo en el sector energético está condicionado por la adopción de las nuevas tecnologías basadas en la analítica de datos y la inteligencia artificial, buscando la automatización de tareas y el mantenimiento predictivo, según avanza el VIII Smart Energy Congress 2019, próximo a celebrarse en Madrid.

Coincidiendo en fecha y lugar con la celebración de @slan Expo & Congress, los próximos 3 y 4 de abril se celebrará en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid Smart Energy 2019, el congreso europeo de referencia sobre el uso inteligente de la energía, organizado por octavo año por la Plataforma enerTIC. Dos días llenos de debates, ponencias, mesas redondas, zona de demostraciones y actividades sociales, que la organización se ha esmerado en distribuir de la manera más provechosa para que cunda el tiempo del visitante entre sus varios espacios simultáneos.

El congreso pivota sobre cuatro ejes básicos donde compartir ideas y debatir sobre tendencias, retos y oportunidades para mejorar la eficiencia energética en el ámbito de las smart cities (edificios inteligentes, gestión de residuos, movilidad…), industry 4.0 (smart manufacturing, extended digital factory, agrofood…), generación y distribución de energías (smart grids, almacenamiento de energía, nuevos combustibles…) y grandes infraestructuras TI (centros de datos inteligentes, supercomputing, green-IT, inteligencia artificial…). Los organizadores esperan este año un crecimiento de los asistentes superior al 18% (lo que supondría más de 1.600 profesionales de distinto perfil), en la línea al número de socios que conforman la plataforma enerTIC y que ya agrupa a 62 organizaciones entre grandes compañías energéticas, operadores, universidades y fabricantes TI.

Cada uno de estos cuatro topics contará con dos salas diferenciadas, una con una visión más estratégica destinada a cuadros de mando donde abordar retos, buenas prácticas y factores críticos de éxito, y otras con una visión más tecnológica para toda la cadena de producción con innovación, estado del arte y tendencias. Cada sala una tendrá tres sesiones por temática, por lo que el número de charlas suma las dos docenas, que versarán sobre temas tan diversos en lo estratégico como los territorios rurales inteligentes, smart buildings, turismo inteligente (Smart Cities), transición energética, almacenamiento, movilidad, smart grid (Smart Energy), automoción, ferrocarril, aeronáutica, logística, farmacéutica (Smart Industry). Respecto a lo tecnológico, temas referentes a los nuevos servicios cognitivos (AI, machine learning, Big Data Analytics), infraestructuras IT (HPC, supercomputing, nube híbrida, 5G) o Smart Datacenter (IoT, realidad aumentada, blockchain).

Otra sección habitual del congreso es el espacio ‘enerTIC European Hub’, una mesa de debate enfocada a programas de aceleración de start-ups, generación de talento y captación de capital riesgo con el propósito de establecer el marco idóneo para el despliegue de un ecosistema dinámico donde identificar nuevos modelos de negocios centrados en la innovación y últimas tecnologías, y donde generar oportunidades de colaboración entre empresas de toda condición, desde las de reciente creación a las grandes corporaciones. En paralelo, se desarrollará una jornada exclusiva de matchmaking para entrevistas One-to-One.

“La innovación y la digitalización impactan notablemente en la mejora de la eficiencia energética y la sostenibilidad, actuando como aceleradores de la competitividad empresarial y como pilares de la descarbonización de la economía y de la transición energética”, señala Óscar Azorín, director de enerTIC. “Las TICs desempeñan un papel crítico en la reducción de consumos energéticos, en el aumento de la eficiencia energética y en la lucha contra el cambio climático. Además, no solo mejoran estos tres indicadores, sino que estimulan el desarrollo de un gran mercado a la vanguardia tecnológica y fomentan la competitividad industrial, creando nuevas oportunidades de negocio, en especial ahora que están derivando hacia nuevas aplicaciones basada en la tecnología cognitiva”.

Por su parte, Francisco Verderas, fundador de enerTIC y organizador en 2012 del primer congreso, también incide en la idea de que las tecnologías TI y la imparable digitalización de todos los ámbitos de la sociedad influyen de manera decisiva en cómo entendemos la energía hoy: “La aplicación de nuevas tecnologías está ayudando a ahorrar e incrementar la eficiencia y la sostenibilidad del modelo. Haciendo más inteligentes las ciudades y las industrias por vía de la reducción de los costes energéticos estamos contribuyendo a hacerlas más competitivas también. El reto marcado para 2030 es reducir el 20% las emisiones de CO2 a nivel global, y esto tiene que ir en paralelo a la creciente digitalización de la sociedad traducida tanto en grandes infraestructuras que se están desarrollando para el IoT y las redes 5G como la de los grandes centros de datos que hay detrás (la llamada segunda sala)”.

Lo inteligente es ir
Representando a los cuatro ejes de la plataforma tuvieron oportunidad de aportar su visión del sector y convocar a la asistencia. “Hay dos motivos para estar en el congreso, uno, que estamos prácticamente todos los que tenemos que estar, y dos, que vamos a hablar de lo que realmente es importante: descarbonización, eficiencia, digitalización…”, afirma Jesús Chapado, director de Innovación de Naturgy. “Se trata de un ecosistema en el que están presentes desde las grandes compañías y universidades a start-ups y clientes. Su importancia radica en que desplaza al tradicional I+D y cabe todo el mundo, incluso los competidores. Un caldo de cultivo del talento basado en ‘open innovation’ que abre un campo apasionante de cara a los próximos diez o veinte años”.

Entre los diversos temas que fue desgranando referidos a la Smart Energy, había un denominador común, la eficiencia y la sostenibilidad. Según el representante de la antigua Gas Natural-Fenosa, hay que reducir el consumo de energía primaria en los procesos fabriles, y que su huella del CO2 sea mínima, mientras que del otro lado la energía producida tiene que tender más a las fuentes renovables y menos a los combustibles fósiles. “La apuesta de nuestro país por la energía renovable es clarísima, actualmente está en torno al 30% de la producida, liderando tecnologías en todos los frentes, solar, eólica, mareas… Va a ser difícil llegar al 100%, pero el actual caballo de batalla está más en el almacenamiento que en la generación”.
En cuanto a la digitalización de los activos, no deja de ser una obligación de todas las compañías en un mercado tan competitivo y en esta carrera por la eficiencia. “La supervisión de los equipos en remoto y la telegestión facilitará las tareas de mantenimiento en toda la red, en especial basado en la condición real de los equipos y no no por pertenecer a una gama determinada. Otro aspecto remarcable es la digitalización de los clientes, que muchas veces lo hacen ellos solitos porque cada vez quieren más información”. Aquí entra el concepto de smart grid y los contadores inteligentes. Pero también las redes sociales, que aportan nuevas vías de contacto y nuevos canales de comercialización. “Estamos trabajando en chatbots para intercambiar información a través de Whatsapp, y llegaremos a vender productos y servicios incluso por Instagram”, añade Chapado.

Otro topic importante a tratar en el congreso va a ser el de la movilidad y el transporte. En un país medio desarrollado, el 40% de la energía se destina a movilidad, más que a los hogares o a la industria. Se trata no solo de emplear combustibles menos contaminantes, sino de aprender a utilizar el vehículo adecuado al uso óptimo”, señala del director de Innovación de Naturgy. En este sentido, se distingue dos entornos: el urbano, donde triunfarán los coches eléctricos en los vehículos privados y el gas natural comprimido en los públicos, y en el interurbano con el gas natural licuado, aunque en esta transición aún hay hueco para el biodiésel o la pila de hidrógeno. También hay un nuevo vector de importancia que entra de lleno en el mercado energético y que trata de la economía circular, y que es el aporte de residuos para su aprovechamiento en la generación de biomasa y metano.

El representante de la rama Smart Industry, Christian Pomar, director de Mercado de Manufacturing, Retail & Transport de Atos, destacó los sectores en vanguardia como el automovilístico y el aeroespacial, pero en otros habría que aprender de errores pasados: “Nos ponemos estupendos vendiendo productos muy limpios, muy sanos y muy naturales, pero luego en su fabricación no lo es tanto. Hay que profundizar y entender todo el ciclo de vida, porque cuanto mejor se conozca, más fácil será mejorarlo en cada etapa”. En todo caso, hay que implicar más a las distintas administraciones públicas, y no solo como como grandes consumidores de este recurso que supone una importante partida en los gastos, sino como generadores de legislación, subvenciones y de un marco legal adecuado. “Van a necesitar ayuda para entender en su conjunto cómo toda la industria del país debe ser competitiva, y no solo una parte de una cadena muy larga. Por ejemplo, en las estrategias para interconectar las plantas de producción, no solo hay que tener en cuenta la gestión y el control, también es muy importante el tema de la ciberseguridad”.

Digitalización o muerte
En el ánimo de estas jornadas está reforzar la idea de que la transformación digital es una obligación para las empresas si no quieren acabar desapareciendo o siendo compradas por otras más fuertes. Otro puntal va a ser la gestión del dato, dentro de la sección Smart IT Infraestructure. Cuenta Ramón Rodríguez, Arquitect Solution Data Center de Schneider Electric que “somos fabricantes de soluciones en todos los ejes del congreso, estamos presentes en la producción y distribución de energía, en las smart cities, en la gestión y almacén en datacenters… Pero cuando vemos que las empresas solo están utilizando un 2-3% de la totalidad de los datos que poseen, sabemos que estamos aún en el umbral de una impresionante explosión, porque está claro que un mejor manejo de los datos afecta de lleno a los ingresos”.

“Venimos de un mundo lineal y hay que prepararse para la aparición de nuevas figuras, como los ‘prosumers’, productores y consumidores a la vez, y que van en pos de la eficiencia. Aquí todavía está por ver cómo se aplicarán y rentabilizarán tecnologías basadas en el blockchain, pero en el IoT ya se nota un aumento en el tráfico de datos. Esto implica transformar los procesos en datos que puedan ser analizados para su mejora y aumentar la competitividad”, relata el representante de Schneider Electric. “Antes los datacenters tenían como prioridad dar continuidad al negocio, hace cinco años se introdujo los valores de la eficiencia, y ahora la máxima está en la monitorización y automatización de los procesos. También se pensaba que la nube iba a poder con todo, pero estamos viendo que no puede absorberlo todo. Hay escenarios de realidad aumentada y realidad virtual, del pago con reconocimiento facial, de conducción autónoma o de operaciones robotizadas que obligan a tener una infraestructuras distribuidas y el edge computing: va a haber que acercar el procesamiento al lugar donde se generan y se van a usar porque el tiempo de latencia es fundamental para la experiencia de usuario y que no se nos muera un paciente en el quirófano en mitad de una operación”.

En el creciente uso de las nuevas tecnologías y la digitalización de la red, la evolución hacia los cognitive services ha llegado ya a esta industria. Según Antonio Calvo, Head of Innovation, Portfolio and Digital Transformation de T-Systems, hay tres ejes donde estas tecnología va a ayudar en ser más eficientes: “En el mundo industrial, la reducción de costes a través del mantenimiento predictivo y la analítica, añadiendo servicios más avanzados. Hoy se reciben un montón de datos, que cruzándolos con las charlas con los operarios pueden avisar de fallos, vendría a través de la lingüística analítica y edge computing. En el smart home, el vector de servicios se introduciría con el reconocimiento de imagen, pues los bostezos o las risas indicarían al sistema qué iluminación es más conveniente, y esto no son pilotos, ya están funcionando. Y en el campo de la tecnoética, ya que hay que establecer qué límites marcamos a las máquinas y señalar dónde está la línea roja”. Y añade: “Todo esto va más rápido de lo que pesábamos, pero vemos que cuando llega tiene sentido, y eso retroalimenta el feedback y da ganas de seguir a más. Porque hay que señalar que estamos trabajando pensando a diez años vista, y luego están ya aquí”.

Obstáculos y palancas
La energía es un de los nuevos imputs esenciales para mejorar la optimización de los procesos. Como en todo hay amenazas y oportuniades. Para Christian Pomar, de Atos, “la industria lleva muchos años trabajando para producir mejor y más barato, pero dejando el aparatado de la energía a un lado. En cuanto ha podido medir sus consumos, se ha dado cuenta de todo lo que podía ahorrar y ahora es un apartado de gran interés. Yo encuentro dos tipos de stoppers, en lo tecnológico está el miedo a que se te meta un virus informático y la resistencia al cambio entre los empleados; y en lo económico, que toda tecnología nueva cuesta dinero. Pero la presión que viene del merado obliga a asumir estos retos, todo va más rápido de lo que pensamos”.

Por su parte, Jesús Chapado, de Naturgy, apunta su punto de vista: “Las barreras tecnológicas son fácilmente salvables, aunque traen regulación y eso puede ser una ventaja en un entorno de sandbox donde probar en diferentes escenarios si es favorable e interesa seguir. Las barreras económicas también deben responder honestamente a una pregunta retórica: ¿estoy dispuesto a que me cueste más dinero ser más ecológico? Finalmente, añadiría un tercer tipo de barrera, la social y cultural, la que se demuestra en el día a día: ¿de verdad tengo que coger el coche para ir al gimnasio que está a menos de media hora?”. Antonio Calvo, de T-System, apunta: “Otra barrera sería la de la seguridad, hay que tenerla presente a cada pasito que demos”.

Ramón Rodríguez, de Schneider Electric, se refiere a los datacenter: “Los objetivos marcados para 2017-2022 es reducir a la mitad el consumo energético, pero como se espera que el tráfico de datos se multiplique por tres y el consumo eléctrico crezca en la misma proporción, habría que ser hasta seis veces más eficientes al final de este periodo. No estamos en una fase embrionaria, sino ya avanzada, pero hay que darle un mayor impulso. Por ejemplo, en el despliegue del 5G, todavía hay cierta incertidumbre porque no hay una legislación específica como ya hay en otros países, y eso afecta al conjunto dentro de una economía global que hace que no lleguen más inversiones. Es necesario que los poderes públicos se dedicasen con más diligencia en estos asuntos”.

El representante de T-System matiza: “Sin embargo, en lo que respecta a smart cities, España es la envidia de Europa con programas como Red.es [plan nacional de ciudades inteligentes] y GESIT [red para la gestión de la innovación y tecnología] que han permitido a las administraciones locales la aceleración en la adopción de tecnologías que hacen que los ciudadanos vivan mejor. Según un informe de noviembre de 2018, somos los que mejor aprovechamos los fondos disponibles en la Unión Europea, consumiendo un 85% de las posibles asignaciones en proyectos reales aprobados. Todavía queda el reto de reducir un 30% las emisiones de CO2 para 2032, y que el 30% de la energía sea renovable”.

Volviendo al tema de las energías renovables, el director de Innovación de Naturgy finalizaba el debate diciendo que “España es un referente liderando la exportación de tecnología a otros países. En cuanto al smart grid, estamos muy bien junto con Francia y Holanda, tenemos el 80% del parque de contadores inteligentes instalado, y para 2019 estaremos muy próximos al 100%, permitiendo la digitalizar la distribución hasta la ultima milla. Sin embargo, tenemos que trabajar más en el ámbito de los gases de origen renovable como la fotovoltáica o la eólica, y valorizar los residuos produciendo combustible”.

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