Falta de previsión: ni SII ni TicketBAI contemplan un IVA del 0%

En el BOE publicado el 27 de diciembre de 2022, en plenas vacaciones navideñas, han sido aprobados dos nuevos tipos impositivos del IVA para la alimentación: el 0% para los productos de primera necesidad y el 5% para pastas y aceites, este último con un recargo de equivalencia del 0,625%. El tipo impositivo 0% no está soportado ni por el SII (Sistema Inmediato de Información) ni por el TicketBAI (sistema foral vasco); el recargo de equivalencia de 0,625% no está soportado tampoco por el SII ni por el TicketBAI ni por el modelo 303 de autoliquidación del IVA. Lo que obligará a despachos profesionales y asesorías a ser creativos y resolver sobre la marcha para cerrar este primer trimestre del 2023.

Presionado por la inflación y la subida desbocada de los precios energéticos y los tipos de interés, el Gobierno de España ha sacado un nuevo paquete de “medidas de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la Guerra de Ucrania y de apoyo a la reconstrucción de la isla de La Palma y a otras situaciones de vulnerabilidad”, orientado a contener el impacto de la escalada de precios de la cesta de la compra. Entre sus ejes fundamentales se encuentra: “rebajar del 4 al 0 por ciento el tipo impositivo del IVA que recae sobre los productos básicos de alimentación, hasta ahora sujetos al tipo reducido, así como minorar desde el 10 por ciento vigente al 5 por ciento el aplicable a los aceites y pastas alimenticias. Ambas reducciones se establecen de forma temporal y extraordinaria desde el 1 de enero de 2023 hasta el 30 de junio de 2023, sujetas a la evolución de la tasa interanual de la inflación subyacente”.

En palabras del presidente Sánchez, el Gobierno implantará estas rebajas “de forma inmediata en los precios de los alimentos”, pero van a adolecer de un soporte informático porque nunca se pensó en contemplar estas excepciones en el diseño del programa, que habrá que actualizar de manera de manera urgente. Según expresa la CONETIC (Confederación Española de Empresas de Tecnologías de la Información, Comunicaciones y Electrónica), que agrupa a diversos miembros asociados de trece Comunidades Autónomas a través de la AEI de Ciberseguridad y Tecnologías Avanzadas, en un comunicado, “en una nueva demostración de absoluto desconocimiento de la realidad empresarial del sector y, cómo no, de las modificaciones y actualizaciones necesarias en los sistemas informáticos de gestión y comercialización de dichas compañías”.

Y continúa el escrito: “Sin duda, las reformas serán necesarias y probablemente de provecho. Esa no es la cuestión. El problema es la celeridad y la falta de previsión, que no contemplan la cadena de acciones que deben desarrollar las compañías, tanto las empresas comercializadoras de los productos referidos en este paquete de medidas, como a las compañías proveedoras de soluciones tecnológicas”. Y no es la primera vez, recordemos el fiasco inicial para contabilizar el descuento de los 20 céntimos en los TPV de las gasolineras en marzo del 2022.

Tormenta imperfecta y pruebas de estrés

En aquella ocasión, las compañías TIC se vieron en la obligación de desarrollar una serie de acciones precipitadas que desembocaron en un descontento generalizado por parte de las compañías comercializadoras. Entre otras cuestiones, se tuvo que abordar la adaptación a la nueva ley de 14.000 estaciones de servicio en un tiempo récord:

  • Numerosas estaciones requirieron de un análisis pormenorizado de su situación y, en algunos casos, una visita presencial, pues distaban de contar con sistemas en la nube, unas buenas comunicaciones o conocimientos informáticos mínimos como para comprobar de forma adecuada la correcta actualización de sus sistemas, algo que, de nuevo, ocurrirá en mayor o menor grado en el caso de las compañías comercializadoras de alimentos.
  • Las actualizaciones tuvieron que ser realizadas con las gasolineras no operativas, es decir, que en ese momento no estuviesen suministrando gasolina, lo que implicó que hubo de realizarse en un horario muy concreto que limitó aún más el margen de acción para dicha actualización. Lo mismo ocurrirá en el caso de estos establecimientos y nadie está evaluando el gasto que esto supone.
  • En el caso de los centros de distribución de hidrocarburos, los vehículos de reparto incorporan sistemas informáticos de movilidad, que tuvieron que comprobarse individualmente, camión por camión. En el caso actual, habrá que modificar también posibles integraciones con sistemas de movilidad, como terminales en camiones, entre otros, lo que supondrá un esfuerzo descomunal para las empresas desarrolladoras de cara a afrontar unos cambios temporales, cuyo impacto real en la sociedad está aún por determinar.
  • En las estaciones de servicio, fueron numerosos los recursos empleados desarrollados por diferentes compañías especializadas, que han de comunicarse entre ellos, de modo que la casuística se complicó aún más, al existir una combinatoria diferente en cada caso. De nuevo, ocurrirá lo mismo con toda seguridad.
  • Y muchísimo más condicionantes, como fue el caso de los sistemas desatendidos, con los que existieron tiempos de espera para que el operario se desplazase hasta la estación de servicio y pudiera comprobar la actualización, o aquellas estaciones con aceptadores de tarjetas, en las que se requirió de la comprobación individual de cada uno de los surtidores con uno de estos aceptadores.

Y añade otra queja la agrupación CONETIC: “Además, nos encontramos a punto de cerrar el año contable por parte de muchas compañías, con lo que no parece el momento más adecuado para abordar estas cuestiones, sin una planificación adecuada y unos plazos de ejecución aceptables y coherentes. Y es que resulta curioso que incluso los propios sistemas informáticos de la Administración ni tan siquiera estén preparados para esta nueva realidad, al menos a fecha de 29 de diciembre”.

Legislar a golpe de pancarta y decreto

El descontento es palpable y desde CONETIC lanzan una serie de pertinentes cuestiones: “¿Qué hemos de hacer las empresas? ¿Esperamos? ¿Nos ponemos a trabajar a riesgo de que lo hecho luego no valga para nada? ¿Esperamos a que haga sus cambios la Administración a riesgo de estar fuera de plazo y que nos sancionen? ¿Qué decimos las empresas TIC a los clientes? ¿Trabajamos sobre hipótesis?”.

Esta asociación, que representa a más de 1.300 empresas del sector TIC, 61.500 profesionales y una facturación agrupada que supera los 10.400 millones de euros, ya han ido realizando algunas pruebas piloto, y los puntos más delicados que requieren especial atención van a ser, entre otros:

  • El envío online de facturas con tipo impositivo del 0%, con la finalidad de poder dar servicio a sus clientes acogidos al SII o al TicketBAI, con los siguientes resultados:

o             Envío al SII: el sistema rechaza ese tipo de facturas indicando que el tipo impositivo es un campo obligatorio y ha de ser distinto de “0”. Puestos en contacto con la ayuda de la AEAT a través de correo electrónico, se les comunica que no disponen de información al respecto, al ser algo aprobado recientemente en Consejo de Ministros (“un claro ejemplo de improvisación, falta de coordinación y nula interoperabilidad por parte del Gobierno”);

o             Envío al TicketBAI: a fecha de 29 de diciembre, y tras realizar la consulta, no han recibido respuesta.

  • El recargo de equivalencia del 0,625% publicado en el BOE, no está publicado en la AEAT como tipo vigente, ni se sabe si lo estará, al ser algo temporal para tres o seis meses.
  • En los diseños de registro del Modelo 303, todos los campos de tipos impositivos están definidos con dos decimales, tanto para ejercicio 2022 como para el que se ha publicado para el 2023, mientras que un recargo de equivalencia del 0,625% requiere de tres decimales.
  • También en el SII y en el ticketBAI, todos los campos de tipos impositivos están definidos con dos decimales.

“De modo que ni tan siquiera podemos comenzar a trabajar en una adaptación definitiva a los nuevos requerimientos, pues las empresas TIC proveedoras de soluciones de gestión estamos pendiente de si finalmente se modificará el SII y el Modelo 303 o bien se cambiará lo publicado en el BOE por un valor con dos decimales”, apuntan desde la CONETIC. “En el caso de que finalmente se impongan los tres decimales, resultará una cuestión compleja, pues es un fichero de “comunes”, que afecta a todas las aplicaciones, y en los programas afectados muy probablemente se tengan que cambiar parametrizaciones para poner el % de recargo de equivalencia con tres decimales, teniendo que modificar también posibles integraciones con sistemas de movilidad”.

El duro comunicado concluye con otro lamento bien justificado: “Una vez más se han tomado desde el Gobierno decisiones improvisadas, evitando toda planificación y asesoramiento por parte de los profesionales que cada día operamos en los sectores afectados, lo que nos aboca a una vorágine caótica de trabajo, debido a esta falta de previsión y conocimiento, generando un descontento generalizado, un importante pico de estrés, el desgaste en la relación con empleados y proveedores, y miles de quejas relacionadas con la nula viabilidad en cuanto a los plazos de desarrollo, instalación y actualización de los sistemas informáticos”.

 

 

 

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