Esclavos de nuestro siglo, o cómo el BYOD se vuelve en contra

TPB293, sep19. Fernando San José, empresario, inversor, conferenciante, lanzador de proyectos… nos ofrece una opinión sobre aquella filosofía del BYOD (Bring Your Own Device, “trae tu propio dispositivo”) que hace ya casi una década empezaba a sonar en las empresas, y analiza cómo se ha implementado realmente en nuestra jornada laboral. Lo que parecía se una conveniencia «impuesta» desde la base, puede acabar en una pérdida absoluta de la vida personal. Hasta el punto de que las autoridades se plantean ahora legislar acerca de una obligatoria “desconexión digital”.

ENTREVISTAMOS al CEO de Informatix.es (empresa de servicios informáticos a medianas y grandes empresas) y precursor de nuevos proyectos como GoTop (inversión de salario emocional en las grandes empresas) y el reciente IOOI.es que pretende ayudar a nuevas ideas similar a una lanzadera, pero llevado a un nivel más personal y casi de forma altruista. Así como charlas en eventos, conferencias sobre productividad, desarrollo profesional, ayuda a emprendedores…

Bueno, lo primero que nos sorprende es que un empresario de las nuevas tecnologías quiera hablar sobre esa esclavitud que sufrimos hoy en día precisamente, debido a la tecnología. ¿Qué opina sobre ella?

Bueno, lo primero que hago cuando visito a un nuevo cliente para Informatix es examinar su metodología de trabajo, tenemos que saber cómo usan todos los equipos y los sistemas que tienen, tanto en ordenadores, como dispositivos móviles, conexiones remotas, dispositivos con cuentas de correo configuradas, disponibilidad horaria, hasta el sistema de impresión… Y aunque determinados empleados se resisten, al final las empresas van introduciendo conexión las 24 horas del día, gracias a las facilidades que nos ofrecen los dispositivos móviles, por ejemplo.

¿Pero se refiere a que se hacen “horas extra”, y que además estas estén debidamente remuneradas…?

No es tanto el estar haciendo “horas extra”. ¿Quién va a contabilizar tres minutos para contestar un mensaje de correo electrónico como hora extra? Simplemente, es que no permiten que desconectamos de nuestro trabajo y eso en determinados entornos puede empeorar las relaciones personales. Y eso al final se ve reflejado incluso en nuestras tareas laborales.

Dedicar esas “horas extra”, o “minutos extra”, ¿puede afectar negativamente en nuestro trabajo? ¿No cree que puede verse realmente como adelantar ciertas tareas?

Es cierto que tres minutos de un mensaje de correo electrónico, a lo mejor pueden ahorrar infinitas llamadas al día siguiente. Pero sobre todo lo que debemos valorar son los tiempos de desconexión.

Entonces ¿no apuesta por el famoso BYOD que se ha ido imponiendo desde hace años?

Las empresas deben implementar una filosofía de trabajo, que cada uno gestione el tiempo como considere. Otorgando unas responsabilidades por áreas, por clientes o determinados trabajos concretos. Es difícil llevarlo a cabo, pero no imposible.

De esta manera se pretende que cada uno sea consciente de que, enviar un email una noche, puede ahorrarle mucho tiempo al día siguiente, pero que a lo mejor a la mañana siguiente puede ser más productivo si aprovecha ese tiempo ganado en tomarse el café relajado y despejar la cabeza…

¿Predica con el ejemplo en su propia compañía?

En Informatix, hay los mismos metros cuadrados para las mesas de trabajo, como para sillones, mesa de ping pong y espacios donde poder desconectar. En cambio, en la mayoría de las empresas, o quizá mejor dicho en sus propios empleados, se ha autogenerado una necesidad ineludible de estar siempre disponibles, “gracias” a la facilidad de estar siempre conectado. Y eso tendría que ser la propia empresa la que lo erradicara, concienciando a sus empleados, haciendo talleres de productividad, mejorando las herramientas de gestión del tiempo, y sobre todo confiando en ellos para realizar las tareas que se le asignan. Creo que de esa manera, es como un empleado gana en rendimiento, y sobre todo, gana en ese intangible del salario emocional…

Informatix

¿Qué cambios se puede hacer en una empresa que no ha sabido gestionar esas cuestiones?

He de reconocer que no es nada fácil cambiar ya no solo la metodología de trabajo de una empresa, sino incluso más complicado cambiar la mentalidad de los empleados y de sus directivos. Estamos acostumbrados a controlar el trabajo de los empleados, y debemos enfocar esta relación hacia una confianza plena.

Además, las leyes actuales pretenden seguir y potenciar ese camino retrógrado, imponiendo control a las horas de los empleados y volviendo a los ancestrales métodos de fichar para controlar las horas. No dudo que la intención es en cierto modo loable para erradicar acciones abusivas por parte de las empresas, pero seríamos ingenuos pensar que se puede evitar poniendo relojes de fichaje. Esas medidas coercitivas provocan desconfianzas y picardías que, necesariamente, tendrán su reflejo en la productividad, en sus vertientes de cantidad y calidad. 

¿Por dónde cree que podría comenzar el verdadero cambio?

Ya que me preguntan por los cambios, no sería descabellado, en un primer momento, que cualquier gerente pudiera sentarse con los empleados para para sopesar opiniones y cómo se podrían implementar todas estas mejoras. Creo que deberíamos reflexionar sobre la situación actual, y apreciar cómo la tecnología ha penetrado en las empresas, arrollando la calidad humana de las personas y automatizando su trabajo y su disciplina. Los dispositivos “siempre encima” nos han permitido una mayor disponibilidad y gestión del trabajo, pero nos han esclavizado y cambiado nuestras dinámicas personales.

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