Es posible conseguir auténtica agilidad de la nube

A nadie se le escapa hoy en día que la velocidad de comercialización y la capacidad de transformarse constantemente es clave para tener éxito en la economía digital de hoy. Es por eso por lo que las organizaciones ya no están basadas en ladrillos y cemento, sino en aplicaciones en la nube, lo que mejora su capacidad para prosperar. De hecho, las aplicaciones se han convertido en el corazón de cada servicio y experiencia del cliente. Como resultado, hemos visto un cambio sin precedentes en el panorama de TI, a medida que las organizaciones acuden a los servicios basados ​​en la nube, para lograr la agilidad necesaria para innovar más rápido y mantenerse al día con la demanda de los consumidores. Tanto es así que Gartner predice que el mercado mundial de servicios de nube pública crecerá un 21,4% este año, alcanzando los 186,4 mil millones de dólares. Sin embargo, la adopción de la nube ha abierto una caja de Pandora de problemas que antes no existían, y las compañías ahora están luchando para afrontarlos. Estas luchas están obstaculizando a las organizaciones en su búsqueda por acelerar la innovación, lo que plantea la cuestión; ¿Cómo logran realmente las empresas la agilidad en la nube?

Abordando el desafío de la complejidad de la nube

La agilidad que ofrece la nube proviene de la velocidad a la que se pueden aprovisionar los recursos de TI. Esto acelera la innovación al garantizar que los nuevos servicios se puedan implementar rápidamente, con el mínimo esfuerzo. Sin embargo, la naturaleza dinámica de la nube y la variedad de proveedores y modelos de implementación significa que cada organización tiene un ecosistema digital único y en constante cambio. Los servicios modernos se entregan a través de aplicaciones integradas en microservicios y contenedores dinámicos, que se ejecutan en entornos de múltiples nubes híbridas complejas. Si bien estos enfoques son extremadamente beneficiosos para crear la agilidad que las empresas necesitan para competir, también son difíciles de manejar con los enfoques tradicionales.

Investigaciones recientes han encontrado que, en promedio, una sola transacción web o móvil ahora cruza 35 sistemas de tecnología, en comparación con solo 22 hace cinco años. Como tal, la monitorización de la experiencia del usuario puede ser un proceso minucioso, y en algunos casos, la posibilidad de identificar dónde se origina un problema puede ser casi imposible. Para que las organizaciones sigan siendo efectivas en sus esfuerzos por transformarse, necesitan un enfoque inteligente para monitorizar el rendimiento de la aplicación. Los enfoques dirigidos por la IA son más adecuados para las complejidades de la nube empresarial moderna, eliminando la necesidad de una intervención manual al identificar de forma automática la causa raíz de cualquier problema. Sin embargo, encontrar una solución al desafío de la agilidad en la nube necesita más que una actualización tecnológica.

Conduciendo un cambio cultural

Si quieren acelerar la innovación de software de manera efectiva, la responsabilidad no se puede restringir al equipo de desarrollo. Para tener éxito, la innovación debe suceder en toda la organización de TI. Si los departamentos trabajan en silos, a los equipos de TI les falta un componente vital que se necesita para innovar en ciclos cada vez más rápidos; colaboración. Solo trabajando juntos, los equipos de desarrollo y operaciones pueden crear la transparencia y la dirección clara que necesitan las organizaciones para avanzar y tener éxito con sus proyectos de innovación.

Esto indica que debe haber un cambio cultural completo en muchas organizaciones para que la transformación digital sea un éxito. Adoptar la nube no es un medio para un fin en sí mismo. Sin una cultura igualmente ágil, cualquier esfuerzo por acelerar la innovación no se concretará. Por eso DevOps se ha convertido en una parte tan importante del negocio moderno orientado a la nube: se trata de crear una cultura ágil junto con una base tecnológica ágil para innovar más rápido. El cambio que esto conlleva conduce a una mayor participación en la empresa y hace hincapié en la mejora continua, lo que a su vez ayuda a las organizaciones a garantizar que siempre estén innovando teniendo en cuenta al cliente.

Allanando el camino

La naturaleza cíclica del desarrollo continuo de aplicaciones y nuevas versiones se puede crear y mantener al complementar la colaboración de DevOps con la inteligencia de software que proporciona retroalimentación automatizada sobre los objetivos y el rendimiento de una manera que es fácil de entender, tanto para los equipos de desarrollo como para los de operaciones. Crear esta familiaridad y cercanía dentro de una organización inevitablemente dará mejores resultados y mantendrá a las empresas por delante de la competencia.

Además, esto reduce la tensión en los equipos de TI, permitiendo a las empresas dominar la complejidad de su nube empresarial moderna. Por ejemplo, los conocimientos que ofrece la inteligencia de software respaldan las pruebas de «cambio hacia la izquierda», por lo que las empresas encuentran defectos al comienzo del proceso de innovación y pueden garantizar que solo las «buenas versiones» lleguen a la producción. También aboga por el uso de la automatización para impulsar la autorreparación, de modo que los problemas se detecten instantáneamente y se remediaran automáticamente en los entornos de producción, minimizando el riesgo de que la innovación rápida afecte las experiencias de los usuarios.

A medida que las organizaciones continúen su camino para convertirse en aplicaciones, será crucial que establezcan una base ágil pero firme para ese software.

Michael Allen, VP y CTO de EMEA en Dynatrace

 

 

 

 

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