El Corte Inglés acepta la venta de Iecisa al grupo francés GFI a cambio de cash
La que fuera niña mimada del anterior presidente Isidoro Álvarez, fundada en 1988 y que tuvo su cénit de ventas en 2007, Informática El Corte Inglés SA pasa a manos del la consultora gala Groupe Français d’Informatique (GFI). En el comunicado hecho público ayer no se menciona el monto de la operación, diversos medios económicos y tecnológicos han estado barajando cifras entre 200 y 400 millones euros desde que se abrió el melón hace dos años como una opción para enjuagar los 3.100 millones de euros de deuda que acumula el gigante de la distribución española.
Después de la venta de varios edificios en Madrid (Princesa, La Vaguada y Leganés), Valencia (Colón), Barcelona (Macià) y otras capitales, así como la cadena de Ópticas 2000 o la financiera al Santander, le ha llegado el turno a la tecnológica, que ha sufrido el arrastre de aquella “desaceleración” tan difícil de reconocer en su momento y que ha laminado la clase media urbana, pese a estar remontando poquito a poco la situación desde 2014.
Tras rondarle varios novios que no cuajaron (primero KIO Networks, operadora de centros de datos mexicana con un pie en el Espinardo, Murcia, que se lo pensó dos veces con el encumbramiento de López Obrador a la presidencia de la nación y su previsible pérdida de contratos en aquella administración, o la puja de Ibermática por si colaba), se encargó a PwC que tanteará candidatos internacionales. Finalmente, de ocho interesados se quedaron con las opciones del fondo de capital riesgo HIG (que se limitaba solo con una participación mayoritaria del 73,6%), o la de GFI (que adquiriría el 100%) y que ya conoce el mercado español, pues está presente desde 1998 y que en 2016 ya realizó una primera compra con la adquisición de la consultora Efron Consulting.
El grupo resultante contará con más de 23.000 profesionales, de los que Iecisa aporta unos 2.000, y facturará más de 2.100 millones de euros, de los que apenas 700 son realizados por la española. El Corte Inglés destinará todo el importe de la operación a reducir su deuda, subrogando a la francesa todos los compromisos, contratos y haberes. A cambio consiente en un contrato de suministro y asistencia tecnológica exclusivo con GFI por cinco años prorrogables a precios de mercado. La operación deberá obtener aún la aprobación de las autoridades anti monopolio.
En la nota remitida, ambas empresas aseguran que la combinación de Iecisa y GFI «proporcionará la creación de un nuevo líder tecnológico europeo que contará con un fuerte potencial de crecimiento». Así mismo, ambas firmas señalan la relevancia del know‐how de Iecisa, así como su fuerte posicionamiento tanto en el mercado nacional y portugués como en América Latina: «La transacción permitirá a ambas empresas generar sinergias, acceder a nuevos mercados y enriquecer sus respectivas ofertas de consultoría y servicios», indican.
Como a tantas otras tecnológicas internacionales (IBM, HP, Samsung, Toshiba), a Iecisa le empezaba a pesar la mochila del hardware, en continuo retroceso de ventas, mientras que trataba de enjuagar el balance con más servicios de valor y una buena penetración en la administración pública. Esta apuesta por el valor es una tendencia generalizada en todo el canal TI.
Pese haber tenido que sacrificar tan valiosa pieza, a El Corte Inglés le falta aún mucho que remontar para alcanzar los niveles de hace una década. Además, las luchas intestinas entre los herederos de Isidoro Álvarez y los débiles resultados en ventas frente al acoso de nuevos paradigmas de comercio como Amazon (su web en España recibe mil millones de visitas más que la de El Corte Inglés), han provocado el nerviosismo entre los accionistas en el consejo de administración, acuciados por la urgente realización de activos.
En 2015 Dimas Gimeno Álvarez, antes de su defenestración, aceptó un préstamo de 1.000 millones de euros que le adelantaba el jeque catarí Hamad Bin Jassim Bin Jaber Al Thani, a cambio de un 10% si no se le devolvía en plazo, por lo que ahora está sentado en el consejo, y es precisamente un fondo catarí, Qatar Mannai Corporation, la que también domina el accionariado del grupo GFI. Dicen que el 80% de las empresas familiares no superan la tercera generación. Si don Ramón Areces levantara la cabeza…