Cinco prácticas de ciberseguridad para una estrategia de éxito en 2021

TPB310, mar21. La evolución del teletrabajo y el aumento del acceso de terceros a las redes internas de las empresas, así como la proliferación de los ciberataques, hace que los CEO y CXO de las empresas deban estar continuamente actualizados en cuanto a herramientas y políticas de seguridad de alto nivel. La ‘Complejidad Mínima’ de las contraseñas, el principio de ‘Menor Privilegio’, la filosofía ‘Zero Trust’ o el enfoque ‘Security by Design’ son solo algunas de las best-practices claves en 2021.

LA CIBERSEGURIDAD ha sido este 2020 más relevante que nunca. Según el último estudio internacional de Forrester para Hiscox, en el que también participaron directivos españoles, las pérdidas relacionadas con los ciberataques se multiplicaron por seis en 2019, pasando de un coste medio de 9.000 euros a 51.200 euros por empresa. Y ello a pesar de que las empresas están respondiendo con medidas de seguridad más estrictas y un aumento del gasto en ciberseguridad (+39% en 2019).

Como uno de los principales especialistas en soluciones de seguridad de acceso e identidad, hemos hecho un repaso por las cinco prácticas y políticas de ciberseguridad básicas para preparar una vuelta a la normalidad que sea exitosa en lo referente a la gestión de cuentas privilegiadas.

  • Para las amenazas externas: acabar con el eterno descuido de las contraseñas

La seguridad de la empresa comienza implementando un plan de ciberseguridad contra amenazas del exterior, con herramientas que delimiten el perímetro de seguridad. Los cortafuegos son una opción común, sin embargo el principal hándicap de las empresas actualmente es algo tan básico como la gestión correcta de las contraseñas, esencial a fin de bloquear el acceso a quienes no tienen la clave, pero que, sigue siendo hoy en día la principal vía de acceso de los ciberdelincuentes. Para ser totalmente efectivas, las políticas de contraseñas deben hacer cumplir los requisitos de complejidad mínima, la rotación frecuente y una adecuada gestión y almacenamiento. La seguridad en el acceso remoto es cada vez más crítica a medida que aumentan los proveedores de servicios externos y el teletrabajo.

  • Filosofía ‘Zero Trust’ y control de sesión en tiempo real para las amenazas internas

La amenaza interna se puede mitigar con medidas de seguridad que exijan responsabilidad, limiten los privilegios de acceso y garanticen que los sistemas sean recuperables en caso de que ocurra un incidente. La solución está en implementar el Principio del Menor Privilegio, como un básico de la ciberseguridad: todos los usuarios -incluidos los administradores- deben tener acceso sólo al mínimo necesario. Y en el caso de necesitar acceder a determinados recursos, existe la posibilidad de vigilar de las sesiones en tiempo real, lo que no sólo permite atajar, cortar o visualizar la trazabilidad cualquier problema, sino que mejorará la cumplimentación de auditorías y normativas.

  • Adiós’ derechos de administrador local, ‘hola’ seguridad a nivel de proceso

Cualquier dispositivo puede ser objetivo de hackers, y los antivirus son puramente reactivos y solo bloquean las amenazas conocidas. La principal lucha está en bloquear la amenaza, pero sin interrumpir el trabajo del empleado que necesita descargar apps o softwares concretos, y evitar asimismo la sobrecarga del equipo informático con solicitudes de acceso continuas. En este sentido, la mejor solución está en eliminar los derechos de administrador local y elevarlos a gestión centralizada a nivel de aplicaciones y procesos. Es decir, permitir el acceso aplicación por aplicación, proceso por proceso, tantas veces como sea necesario, de forma automatizada y segura. Esto permite bloquear el phishing y el malware, o cualquier amenaza desconocida en el momento, sin obstaculizar el trabajo de los empleados ni afectar a su productividad.

  • Un plan a largo plazo y enfoque ‘Security by Design’

Para asegurar la efectividad de la estrategia de ciberseguridad de la empresa, hay que implementarla desde un enfoque de Seguridad por Diseño, que garantiza el control de la ciberseguridad de forma integrada en todo el proceso, y no a través de procesos externos, así como tener en cuenta la longevidad de la propia tecnología y de las soluciones que se aplicarán a la infraestructura de la empresa. Es importante tener un plan sostenible y poner énfasis en la seguridad a largo plazo y adaptable con vistas a futuras amenazas y regulaciones aún desconocidas. Se trata de un enfoque preventivo y proactivo.

  • Fomentar una cultura interna de ciberseguridad

Uno de los elementos más esenciales de una fuerte estrategia de seguridad cibernética se debe a la cultura de seguridad. La política de la empresa y la mentalidad general deben centrarse en el mantenimiento de una seguridad saludable para que las soluciones y los procesos sean respetados y, por lo tanto, tengan éxito.

Xavier Lefaucheux,

VP Ventas y Marketing EMEA de Wallix

«Las pérdidas relacionadas con los ciberataques se multiplicaron por seis en 2019, pasando de un coste medio de 9.000 euros a 51.200 euros por empresa. Y ello a pesar de un aumento del gasto en ciberseguridad del 39% en 2019, según Forrester»

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