La industria de los videojuegos crece entre nuevos desafíos y oportunidades futuras
La industria de los videojuegos ha dejado de ser una subcultura marginal para convertirse en un fenómeno global que ya supera a sectores tradicionales como el cine y la música. Su éxito se debe a su capacidad constante de innovación, adaptación tecnológica y conexión intergeneracional. Este mercado es actualmente uno de los más influyentes en términos de comunicación y entretenimiento.
ESTE SECTOR moverá 522.000 millones de dólares a nivel mundial a finales de 2025 y se prevé que crezca a una tasa anual promedio del 7,25% en los próximos años, hasta alcanzar los 691.000 millones de dólares en 2029, según Statista. Este crecimiento no solo responde al auge de los deportes electrónicos y el boom de los dispositivos móviles, sino también a la incorporación de tecnologías inmersivas como la realidad virtual y aumentada. Todo indica que el futuro de esta industria está lleno de oportunidades de negocio para quienes logren adaptarse a una dinámica cambiante.
Evolución histórica y tecnológica
Desde los años 70, con los famosos títulos Pong y Space Invaders, hasta las propuestas más actuales como Death Stranding o Fortnite, los videojuegos han evolucionado tanto en complejidad como en narrativa y tecnología. El desarrollo de géneros como los juegos de rol multijugador en línea, los simuladores de vida o los shooters han acompañado al crecimiento de nuevas plataformas y formas de interacción.
La industria ha pasado por los salones recreativos, las consolas domésticas, los ordenadores y dispositivos móviles. En la actualidad, distintas tecnologías como los cascos de realidad virtual, las chaquetas hápticas o las consolas de última generación permiten disfrutar de experiencias más inmersivas que nunca.
Paralelamente, han surgido espacios de innovación como la incubadora Evad Devlabs en Málaga, que ofrece apoyo integral a los estudios emergentes. Este mismo verano, Evad Training se ha asociado con ESSCA School of Management para ofrecer un curso sobre gestión de la industria de los videojuegos, que tuvo lugar entre el 7 y el 25 de julio en la Fábrica del Videojuego.
Modelos de negocio: transformación y estrategia
El modelo de negocio en los videojuegos también ha cambiado profundamente. Frente al modelo tradicional de compra única, hoy predominan propuestas que permiten a los jugadores acceder gratuitamente a un título básico, mientras realizan pagos opcionales para mejorar su experiencia. Este modelo ha demostrado ser altamente rentable, como lo prueban los éxitos comerciales de juegos como Fortnite o Pokémon TCGP, que generan ingresos mediante microtransacciones y contenidos adicionales.
Además, los servicios de suscripción han ganado terreno. Plataformas como Xbox Game Pass o PlayStation Plus permiten a los usuarios acceder a un amplio catálogo de juegos por una tarifa mensual, lo que genera ingresos recurrentes y fortalece la fidelidad del consumidor. A esto se suma la estrategia de adquisiciones, como la compra de Bethesda por parte de Microsoft, que potencia los catálogos exclusivos de cada plataforma.
No obstante, ciertos modelos de negocio han generado controversia. Las llamadas loot boxes, o cajas de recompensa aleatoria, han sido criticadas por su parecido con los juegos de azar, lo que ha llevado a su regulación en países como Bélgica y los Países Bajos. Pese a ello, los juegos que incorporan estos elementos, como el mencionado Pokémon TCGP, siguen alcanzando cifras récord en descargas y ganancias.
En este panorama, también surgen desafíos complejos como el fenómeno del multi-homing, que obliga a los estudios a desarrollar juegos compatibles con múltiples plataformas, lo que puede causar tensiones entre los desarrolladores y los distribuidores.
Financiación y obstáculos para los estudios emergentes
Para los estudios pequeños, financiar el desarrollo de un videojuego representa un reto considerable. A diferencia de las grandes compañías, que cuentan con recursos millonarios, los desarrolladores independientes deben recurrir a estrategias alternativas. Una opción efectiva es el crowdfunding, que ha permitido el éxito de títulos como Shovel Knight o Star Citizen, apoyados directamente por sus comunidades.
Existen también otras formas de apoyo a través del establecimiento de alianzas con publishers, quienes ofrecen financiación a cambio de derechos de distribución y parte de los beneficios. Aunque esta situación puede implicar una pérdida de autonomía creativa, resulta crucial para que muchos estudios accedan al mercado.
Además, existen iniciativas públicas como el Polo Nacional de Contenidos Digitales de Málaga, que promueve el emprendimiento mediante formación, asesoramiento y asistencia en la publicación de videojuegos. A nivel europeo, programas como EU4Games combinan la financiación con la capacitación en áreas clave como marketing y estrategia de negocio. Casos como Undertale o Celeste prueban que, con ideas originales, incluso los estudios con menos recursos pueden alcanzar el éxito comercial y de crítica.
Liderazgo y competencias clave en la industria
El liderazgo en el mundo de los videojuegos requiere de una combinación de visión estratégica, competencia técnica y habilidades interpersonales. Dirigir un proyecto de este tipo implica coordinar a equipos multidisciplinarios, cumplir con unos presupuestos ajustados y adaptarse a unos ritmos de producción exigentes. También es esencial anticiparse a las tendencias tecnológicas y comprender el comportamiento de los consumidores.
El caso del fallido lanzamiento de Cyberpunk 2077 ilustra cómo, incluso con grandes inversiones y campañas de marketing masivas, una mala gestión del desarrollo puede perjudicar la reputación de una empresa. Contar con celebridades como Keanu Reeves no basta si el producto no está listo.
Una estrategia de marketing efectiva incluye una presencia activa en las redes sociales, además de campañas con influencers y creación de contenido dinámico. Plataformas como Twitch, Instagram y YouTube Gaming han transformado la forma en que los jugadores descubren y se conectan con nuevos títulos, convirtiendo a los creadores de contenido en actores clave del ecosistema.
Ética y responsabilidad social
En paralelo al crecimiento económico, la industria se enfrenta a ciertos cuestionamientos éticos. Las dinámicas de recompensa aleatoria pueden inducir a algunas conductas adictivas, sobre todo entre los jóvenes, lo que ha llevado a varias empresas a implementar políticas de autorregulación. Además, existe una creciente preocupación por temas como la salud mental y la seguridad digital.
Los líderes actuales deben considerar no solo los beneficios económicos, sino también el bienestar del usuario. Desarrollar juegos éticamente responsables y promover entornos saludables es ya una demanda del consumidor informado y una necesidad reputacional para las marcas.
Conclusión: innovación, ética y visión estratégica
En 2025, el E3 (Electronic Entertainment Expo), gran acontecimiento del mundo del videojuego durante los últimos 30 años, ha llegado a su fin. Los estudios actuales prefieren las presentaciones virtuales, que son menos costosas, consumen menos energía y tienen un mayor alcance. Esta evolución desmaterializada se impone cada vez más a los líderes de la industria y aspira a convertirse en la norma en el mundo de los videojuegos. Y así es, el futuro de la industria de los videojuegos está marcado por la digitalización, la inteligencia artificial y un mercado global en expansión.
Para tener éxito, los líderes deberán ser capaces de integrar la innovación tecnológica con modelos de negocio flexibles, sin olvidar las habilidades de gestión y una profunda conciencia ética. En un entorno altamente competitivo, solo quienes puedan anticiparse a los cambios, liderar con responsabilidad y adaptarse con agilidad a las nuevas dinámicas lograrán dejar huella en el sector.
Por Stéphane Ruiz Coupeau, director del campus de Málaga de ESSCA School of Management,
y Julien Jouny-Rivier, profesor asociado de marketing, ESSCA School of Management, especializado en Marketing & Gestión Deportiva, Handicap & Digital
«Se deben considerar no solo los beneficios económicos, sino también el bienestar del usuario. Desarrollar juegos éticamente responsables y promover entornos saludables es ya una demanda del consumidor informado y una necesidad reputacional para las marcas» (Stéphane Ruiz Coupeau y Julien Jouny-Rivier, ESSCA)




