Del telégrafo a las criptomonedas: la banca se re-digitaliza gracias a la IA: ¿Preparados?
Hace aproximadamente 150 años, el sector de la banca y los servicios financieros experimentó su primer gran avance apalancado en la invención del telégrafo. Esta innovación facilitó una coordinación más estrecha entre los bancos y sus sucursales. Además, mejoró significativamente la experiencia del cliente al permitir que los pagos se realizaran en cuestión de días, en lugar de semanas.
MUCHO TIEMPO después, en abril de 1993, la llegada de Internet representó un hito en la conectividad global. Sin embargo, la idea de la banca digital aún parecía lejana. Durante la década de los 90, el foco se centró en la integración de sistemas y tecnologías. En particular, el problema del ‘efecto 2000’ generó serias preocupaciones económicas y financieras a medida que se acercaba el nuevo milenio. La posibilidad de un colapso tecnológico y la potencial pérdida de datos eran especialmente alarmantes para los bancos, ya que podrían haber llevado a errores con graves repercusiones financieras. Afortunadamente, se tomaron las medidas para mitigar todos los riesgos que se fueron identificando.
Pocos años después, en 2007, la introducción de los teléfonos inteligentes dio lugar al despertar de la banca móvil y, aunque quedó un tanto ensombrecido por la nueva crisis financiera mundial (2008) donde quedaron expuestos diversos fallos del sistema financiero, la re-evolución silenciosa se fraguaba, junto con los rápidos avances tecnológicos. Adicionalmente, en 2009, la aparición de las criptomonedas se unía a esa re-evolución silenciosa del sistema financiero tradicional.
No fue hasta hace relativamente bien poco, cuando se produjo la explosión definitiva de la banca móvil con experiencias de interacción personalizadas y con la creación y acceso al ecosistema digital, las Fintech consolidaban sus años de lluvia fina en el panorama de los servicios financieros. La pandemia de la covid-19 marcó, finalmente, otro cambio de paradigma, impulsando el auge de los métodos de pago instantáneos y sin contacto.
En la actualidad, el open banking y las finanzas descentralizadas están ganando terreno. Los bancos están considerando definitivamente todo el espectro de cómo los clientes utilizan e interactúan con sus finanzas. Su objetivo principal es diferenciarse al ofrecer un valor añadido, más allá de los servicios bancarios tradicionales, y proporcionar una experiencia bancaria y de cliente más líquida, proyectando estrategias de éxito, como en el sector minorista, a todos los segmentos a los que se da servicio en la actualidad, tanto para servicios bancarios como no bancarios.
Es, llegados a este punto, donde la tecnología es nuevamente palanca de diferenciación. Las entidades financieras están aprovechando la información que se dispone de los clientes y de sus comportamientos para ofrecer servicios hiperpersonalizados en tiempo real. La Inteligencia Artificial está a punto de transformar significativamente el sector. Según nuestro último informe de investigación, se estima que la IA Generativa (GenAI) mejorará la productividad de los Estados Unidos entre un 1,7% y un 3,5%, y aumentará el PIB entre 477.000 millones y un billón de dólares anuales durante la próxima década, en función de las tasas de adopción por parte de las empresas. Asimismo, se espera que la tecnología cambie alrededor del 52% de todos los puestos de trabajo, generando el reto de generar un excedente de fuerza laboral de un 9%.
En el caso de España, diversos factores están influyendo, el más limitante está siendo la falta de capacidades digitales que influyen negativamente en la inversión que las empresas españolas hacen en la IA. Con todo y con eso, actualmente la adopción de la IA ha aumentado un 29%, una tendencia que, de mantenerla, podría llegar a aportar 55.000 millones de euros adicionales al PIB de España para 2030. Respecto a los puestos de trabajo según Randstad, el 9,8% de los empleos actuales está en riesgo de ser automatizado, mientras que un 15,9% ganará productividad gracias a la IA y el resto no se verá afectado.
En los próximos años, se espera que el sector se incline más hacia las finanzas descentralizadas, los pagos digitales y las criptomonedas. Además, la adopción de tecnologías emergentes como la GenAI y la computación cuántica se está abordando con cautela debido a los riesgos de ciberseguridad. Si bien estos avances tecnológicos ofrecen oportunidades significativas, también requieren evaluaciones exhaustivas de riesgos para garantizar la seguridad de los datos y la integridad de los sistemas actuales. El equilibrio delicado entre aprovechar las nuevas tecnologías y mantener la seguridad y la privacidad de los datos es la clave del éxito de esta adopción.
Este contexto actual es precisamente la razón por la que Cognizant se ha comprometido a invertir más de 1.000 millones de dólares en los próximos tres años para mejorar en capacidades de GenAI. Desde la compañía, seguimos comprometidos en ayudar a nuestros clientes a abordar la inclusión financiera y las iniciativas ESG a través de la implementación de la tecnología en general y de las tecnologías emergentes en particular. Nuestro objetivo es facilitar la transición hacia un futuro financiero más equilibrado en la adopción de la tecnología, más inclusivo y más sostenible.
Por Alfredo Ávila, Head of Banking, Financial Services and Insurance
para España, Portugal e Italia en Cognizant
«En España actualmente la adopción de la IA ha aumentado un 29%, una tendencia que, de mantenerla, podría llegar a aportar 55.000 millones de euros adicionales al PIB de España para 2030» (Alfredo Ávila, Cognizant)