La integración de los dos mundos [2/5]

El POS es una herramienta informática diseñada para empresas en las que el negocio contemple un contacto con el público. Pero más allá de la transacción de pago y la experiencia de compra del cliente -que es la primera parte fundamental en la que prima la agilidad y la seguridad-, el POS también hace posible la integración con el programa de gestión empresarial desde llevar el registro de ventas, el control de inventarios, la realización de facturas, y hasta automatizar los procesos de entrada y salida de mercancías. Todo esto tiene un impacto positivo a la hora de tomar decisiones.

Es importante estar al tanto de estas nuevas tendencias en aceptación de medios de pago, para hacer más eficientes los procesos de ventas y atención al público. Cuanto más se sepa sobre cómo los hábitos de los consumidores están impactando en la forma de comprar, más preparado se estará para acertar con el equipamiento de la tienda.

La integración del mundo digital con el mundo físico ha propiciado una explosión de métodos de pago alternativos que facilitan las transacciones. Los pagos sin contacto y los pagos móviles vía app se popularizan a un ritmo tan vertiginoso que son muchos los que empiezan a hablar de una posible y futura sociedad sin dinero en efectivo”, dice Jaime Domingo, CEO de UniversalPay. “Desde luego, razones no faltan para pensar en las ventajas que supone para comercios y clientes la opimización de la experiencia de usuario a la hora de enfrentarse al momento más delicado del proceso de compra”.

En este contexto, cada vez se hace más necesario para el negocio contar con un sistema integrado que permita conectar todos los canales del negocio. En la actualidad, solo el 36% de los comercios tienen integrados en un mismo reporte los canales offline y online, pero la tendencia va en aumento. La “tokenización” de la tarjeta de pago (que el comercio la reconozca para agilizar los trámites) es una tendencia que mejora la confianza del cliente, favorece los pagos recurrentes, los fraccionamientos de pagos, y el pago one-click, elementos varios que contribuyen a aumentar las ratios de conversión del establecimiento.

A pesar de estas ventajas, a día de hoy solo el 9% de los comercios permiten almacenar los datos de tarjeta del cliente para que no tengan que volver a introducirlos, aunque casi uno de cada cuatro planea implementarlo de aquí a 2020. “La implantación definitiva de un sistema integrado de pagos y una experiencia de comercio unificado es el gran desafío y el reto del sector retail”, añade Domingo.

¿Qué se entiende por un sistema de cobro integrado? Se trataría de una especie de pasarela integrada al sistema de venta (TPV/POS) que permita la transferencia automática del importe a cobrar desde el TPV/POS al terminal de pago, facilitando un cobro centralizado. En realidad, sería un sistema más apropiado para medianos y grandes comercios, que cuenten con muchos terminales TPV distribuidos en tienda.

Algunas de las ventajas de un sistema de cobro integrado implican un cobro instantáneo y directo desde cualquier TPV, o la impresión del comprobante en el mismo ticket de venta. El ciclo de venta es más rápido: el tiempo medio para una transacción es apenas dos o tres segundos. Además, se consigue la eliminación de errores por imputación manual y el cierre de caja automático. Finalmente, la transferencia automática del importe a cobrar y la optimización de los flujos de cobro permiten que el sistema liquide la operación en un banco u otro en función de las reglas de negocio más convenientes.

A pesar de la fuerte competencia de las nuevas modalidades de pago, el uso de las tarjetas de crédito y débito sigue creciendo en España. El pasado año se realizaron compras por un total de 147.431 millones de euros en punto de venta pagadas con tarjetas, un máximo histórico que se va batiendo cada año desde 2013, según un estudio elaborado por la consultora AIS Group.

En 2018, el número de tarjetas en España ascendió a 83,7 millones, 2,2 tarjetas per cápita. Desde 2014, el total de tarjetas ha aumentado en 16 millones de unidades, lo que supone un crecimiento del 24%. Pero no sólo ha aumentado el número de tarjetas, también la cantidad de operaciones, un 56% más. “Si bien se desaceleró en algunos años, el total de operaciones no pasó nunca a tasas de crecimiento negativas, ni siquiera durante la crisis”, comenta José Manuel Aguirre, economista y director comercial de AIS Group. “Hoy destaca que su ritmo de crecimiento está en tasas de dos dígitos”.

Otro factor a tener muy en cuenta es que el TPV sea compatible con el servicio DCC o conversión dinámica de divisa. En la actualidad, en torno al 35% de los comercios cuentan con este servicio en tienda física, permite al consumidor pagar en su divisa de origen, sin gestiones adicionales.

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