La gran migración; no me seas ñu, ñandú [3/3]
La cuenta atrás del soporte de Windows 10 terminó el pasado 14 de octubre de 2025, pese a poder contar con una nueva prórroga en determinados casos. La migración a Windows 11 se ha convertido en una prioridad ineludible para empresas de todo tamaño. El nuevo sistema operativo de Microsoft, más allá de un rediseño estético, se consolida como una plataforma crítica impulsada por la seguridad reforzada y la integración nativa de la Inteligencia Artificial, elementos vitales para la productividad en la nueva era digital.
La transición desde Windows 10, especialmente en entornos corporativos con cientos o miles de equipos, requiere una planificación estratégica y a menudo la ayuda de un partner de canal. No en balde, el fin del soporte de Windows 10 ha generado una oleada de demanda de servicios de valor añadido que solo los partners especializados pueden ofrecer. Microsoft dispone en España de un ecosistema conformado por distribuidores, integradores y consultoras capaces de pilotar esta migración, especialmente en el segmento de la pyme, donde no siempre existen departamentos de TI dedicados, y que les puede asesorar además en la optimización de costes y gestión del ciclo de vida de las licencias de Windows 11 Pro o Enterprise.
En esta marcha forzada, existen numerosas guías para no perderse por el camino, que muy resumidamente, se puede dejar en tres pasos:
Paso 1: Evaluación de compatibilidad de hardware
Este es uno de los puntos más críticos, y va a depender del hardware, incluyendo una auditoría con reporting de compatibilidad del parque existente y recomendación de nuevo hardware (incluyendo los nuevos AI PCs):
- Requisitos mínimos: Se requiere un procesador de 1 GHz o superior con 2 o más núcleos (en una CPU compatible de 64 bits), 4 GB de RAM, 64 GB de almacenamiento, y lo más importante, TPM 2.0 y Arranque Seguro (UEFI).
- Herramienta de comprobación: Utilizar la herramienta Comprobación de estado del PC de Microsoft o soluciones de gestión de dispositivos empresariales (endpoint management) para auditar el parque de hardware existente. Los equipos más antiguos de cinco años suelen requerir reemplazo.
Paso 2: Estrategia de Implementación
Para un entorno empresarial, no se recomienda la actualización manual (in-place upgrade) generalizada, sino el uso de herramientas de gestión de despliegue. Hay que crear un plan de migración escalonado y sin interrupciones, uso de herramientas de gestión y resolución de problemas técnicos:
- Herramientas de Microsoft: Utilizar Microsoft Intune (para dispositivos administrados en la nube) o MECM (Microsoft Endpoint Configuration Manager) para automatizar y gestionar el despliegue a gran escala, asegurando que las políticas y configuraciones empresariales se mantengan.
- Prueba piloto: Realizar una actualización a un grupo de usuarios piloto (incluyendo diferentes roles y departamentos) para identificar posibles incompatibilidades de software o drivers antes de la implementación masiva.
- Copia de seguridad: Garantizar copias de seguridad de datos y configuraciones a través de servicios como OneDrive empresarial antes de cualquier migración.
Paso 3: Gestión de Aplicaciones
Asegurar que las aplicaciones críticas de negocio sean compatibles con Windows 11. Aunque el nuevo SO está diseñado para ser altamente compatible con software de Windows 10, es crucial validar las aplicaciones internas y las de terceros. También ayudar en la configuración de las nuevas funciones de seguridad (TPM 2.0, Secure Boot, cifrado) y formación al personal sobre buenas prácticas, así como capacitación para sacar mejor partido a las características de la nueva interfaz de usuario, las funciones de Copilot y las herramientas de productividad con Teams.
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