Jorge Ferrer (Liferay): «Cuanto más autónoma sea la unidad de servicio, más rápido en reaccionar y menor time-to-market»

TPB295, nov19. Como vicepresidente de Ingeniería desde hace ocho años, estando en el proyecto de Liferay desde sus orígenes a caballo entre España y California, el papel de Jorge Ferrer es construir y lanzar artefactos digitales exitosos al mercado, siguiendo la estrategia y visión de la compañía. En especial, está empeñado en una nueva arquitectura “sin cabeza” (‘headless’) con tecnologías web tipo API REST de última generación. También es responsable de cultivar un ambiente de trabajo saludable y ético, donde los empleados disfruten creando productos que agreguen valor real, supervisando a más de 200 personas de los departamentos de desarrollo de software, control de calidad, gestión del conocimiento, gestión de proyectos y experiencia del usuario, y conduciendo la transición hacia una organización con equipos interfuncionales con un alto grado de autonomía.

Después de quince años de “monocultivo” con Portal CE, ¿seguís encontrando alicientes a la hora de escribir código?

Para los desarrolladores de Liferay, supone un gran aliciente poder trabajar sobre un producto tan usado y que tiene miles de descargas en todo el mundo, porque supone siempre un reto de cómo seguir mejorándolo y aportando valor con nuevas funcionalidades. El otro día leía en MacKensey que el caso de una compañía eléctrica que había logrado reducir en un 40% la pérdida de contratos de la gente que se mudaba de casa al ofrecer un servicio de cambio de domicilio en dos clics, en vez de tener que hacer diez llamadas o perder un mañana en ir a una oficina. Pero esto ya no es un diferenciador, lo acaba teniendo todo el mundo. Lo que sí es diferenciador es la aceleración en la innovación y la entrega de una nueva funcionalidad en el menor tiempo posible.

De ahí lo de acortar los ciclos de desarrollo y el tiempo de entrega…

Desde que una persona de negocio tiene una idea o la necesidad de responder a la competencia, hasta que la implementa y entra en producción, está a merced de la disponibilidad del equipo devops, de la cantidad de tiques que haya en cola, o de la prioridad que le den sus jefes. ¿Qué sería lo más rápido? Sin duda, que el propio equipo del departamento pudiera asumir esa tarea. DXP empodera al usuario para que partiendo de la aplicación de serie sea capaz de lanzar nuevas funcionalidades o contenidos. Cuanto más autónomo sea la unidad de servicio, más rápido en reaccionar y menor TTM. Para que todo este ciclo sea efectivo, necesita también mediciones y analíticas que permitan la optimización.

Esta alta capacidad de tuneo será también muy bien vista por los equipos devops…

Efectivamente, el propio departamento TI de la empresa y sus desarrolladores se enfrentan a menudo con otro reto. No es infrecuente que tengan que lidiar con soluciones que hay en la empresa, pero que no están totalmente adaptadas a sus necesidades. A veces, cuando llega una petición de tal departamento, y es planificada a seis meses porque hay que tunear el aplicativo con el que se trabaja, acaba siendo más rápido comprar lo que haya en el mercado aunque haya que adaptase a su manera de funcionar y no al revés. Es la empresa la que acaba adaptándose a la tecnología, y no al revés, la tecnología es la que debería adaptarse a la forma de trabajar del negocio. Nuestra plataforma puede ahora ser implementada, gestionada y evolucionada incluso desde la nube a través de Liferay DXP Cloud y sus capacidades de Plataforma como Servicio (PaaS).

Como comunidad open source, vosotros habéis sido adalid del Java, pero, en cuanto a programación, ¿no son otros los lenguajes que están más de moda, Reils, Phyton, Pearl…?

También se ha producido un cambio en el perfil de los desarrolladores. El Liferay Portal nació como una plataforma Java tanto en el backend como en el frontend. Desde hace cinco años, el frontend ha ido evolucionando hacia los JavaScripts que se ejecutan en el ordenador, y de hecho hay más desarrolladores en este campo ya que en el backend. Está la alternativa de aquellos que desarrollan en React, Angular o Stencil, ejecutan sus microservicios fuera del entorno Liferay, y cuando ven que funcionan, se convierten como si fueran un widget dentro de Liferay. Y así las posibilidades de la plataforma siguen creciendo.

No habéis mencionado el uso de IA que seguir que tenéis implementado…

La IA es fundamental como parte de la personalización de contenidos y conocer mejor al usuario y saber qué contenidos prefiere. Es un reto porque los contenidos que consume no suelen estar etiquetados, y la IA permite automatizar esta función. Con ello se produciría un doble beneficio, poder segmentar mejor a los usuarios, y poder ofrecer contenidos mas adecuados a sus intereses de manera personalizada.

Tenemos tres maneras de implementar la IA en nuestra plataforma. Una es directamente con la librería de Google Tensor Flow. Otra es con un desarrollo de reconocimiento de imágenes propio nuestro, aunque se integra luego, que es la tercera en Google Vision y en Microsoft Cognitive Services. La razón es que en la nube se desarrolla más rápido que todo lo que pudiéramos hacer nosotros solos.

Pero donde hay más IA es en nuestro Analytics Cloud, siendo capaz de monitorizar cualquier actividad en Liferay y meter todo tipo de insights, por ejemplo un A-B testing conectado en local que fuese capaz de averiguar estadísticamente en qué momento es mejor introducir un cambio. Los algoritmos más complejos como la visión artificial siempre van a existir en la nube, pero los más específicos para nuestros intereses los tendremos que desarrollar nosotros.

¿Cuál es la tendencia que más hay que tener en cuenta?

Hoy día se tiende a los entornos híbridos, multicloud y a los webservices. Es muy raro que en el mundo real se vaya a usar una única nube, sobre todo si se trata de grandes compañías, incluso seguirá habiendo sistemas de base que no puedan mover a la nube. Hace poco recibimos el encargo de Vodafone UK, a veces ni ellos mismos saben cómo hacerlo y eso que tienen a gente muy buena, llevan cinco proyectos y todos han fracasado, y el nuestro es el sexto a ver qué tal se nos da.

 

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