Jordi García (Kingston): «El coste de actualización en comparación con la compra de un equipo nuevo, merece la pena»
TPB342 abr24. Con 20 años de vida laboral en la compañía Kingston, y otros cuatro años previos en el mayorista Ingram Micro, Jordi García se las sabe todas en el campo de los componentes, desde aquellas primeras memorias USB de 32 MB a 8.000 pesetas que eran todo un lujo pero también un cambio de paradigma en el modo almacenamiento y movilidad del dato.
HOY SE ha multiplicado por un mil la capacidad, mientras que el precio por unidad sigue siendo similar al cambio o incluso menor. Pero no todas las cosas han evolucionado en la misma dirección. Hoy tenemos equipos más potentes, sin duda, pero cuyo plazo de reposición se acorta debido a la velocidad a la que corre la tecnología. Y en frente aparece otra corriente que aboga por todo lo contrario, como es la economía circular y el alargamiento de los ciclos de vida, que tiene a la obsolescencia programada como anatema. Un tema que da mucho de sí, y que en esta ocasión abordamos a través de un veterano fabricante como Kingston que todavía se mantiene en liza en su pequeño gran nicho de las memorias Flash. Entrevistamos a su Iberia Team leader:
¿Cuáles son las ventajas de actualizar componentes?
Cuando hay una necesidad de reemplazar los dispositivos, lo primero que hay que tener en cuenta es que la mayoría de los ordenadores hoy en día cuentan con interfaces simples que facilitan la búsqueda y reemplazo de piezas importantes. Y además puede hacerse tanto en ordenadores como en móviles, todos tienen la oportunidad de mejorar sus componentes.
Este estándar permite a los compiladores construir todos los dispositivos que cumplan con los requisitos. Sin embargo, el rápido desarrollo de la tecnología significa que las necesidades de los usuarios aumentan constantemente. Si eres músico, desarrollador, editor o profesional editorial, buscas un software que se adapte a tus necesidades.
Como resultado, la actualización de sus diferentes partes está adquiriendo cierta fama, sobre todo, por el ahorro que supone elegir la opción de optimizar y ampliar la utilidad del dispositivo. Su coste en comparación con la compra de uno nuevo, en la mayoría de las ocasiones merece la pena. Además, de esta forma, se suma un plus para el consumidor que es el de su contribución al medio ambiente, ya que de esta manera, los dispositivos duran más tiempo ahorrando en materia prima y reduciendo la contaminación que supone la fabricación de uno nuevo.
¿Existen estrategias efectivas para contrarrestar la obsolescencia programada y prolongar la vida útil de los productos electrónicos? Si es así, ¿cuáles serían?
Todos sabemos que los productos tecnológicos cada vez duran menos, los primeros móviles, por ejemplo, eran mucho más resistentes que los de hoy en día y su batería era mucho más duradera. Como comentaba al final de la pregunta anterior, la obsolescencia programada es uno de los aspectos que afecta notablemente al mantenimiento de los productos digitales. Aun así hay varias formas en las que se puede retrasar y combatir. Lo primero, es que cualquier usuario antes de pensar en reemplazar un dispositivo cuando se estropee o se rompa, contemple la opción de arreglarlo. Hay muchas opciones que pueden lograr devolverle toda su funcionalidad.
Otra medida es la de ir actualizándolos a través de la sustitución de sus componentes obsoletos, como pueden ser las memorias RAM o las unidades de almacenamiento SSD, lo que permite ampliar la vida útil y mejorar prestaciones a la vez que ofrecer un ahorro al bolsillo. Es importante cuidar el equipo con mantenimiento y servicio regular para evitar el desgaste. En el momento de limpiar el polvo acumulado hacerlo con cuidado, pues puede causar problemas en componentes importantes como toques y dobleces de dispositivos pequeños como tarjetas SD.
Se deben utilizar de manera responsable los componentes para evitar el uso excesivo o inadecuado que pueda dañarlos. Para ello, debemos dejar atrás antiguas malas prácticas como la de dejar encendido el ordenador de manera constante. Es importante apagar su computadora cuando no esté en uso para evitar el sobrecalentamiento. Por otra parte, es recomendable tratar de no caer en las trampas de consumismo impuestas por los productos de menor calidad y precio que, si bien pueden resultar atractivos en un primer momento, ofrecen un rendimiento y tiempo de vida mucho menores que los de sus productos homónimos de marcas confiables.
A la hora de comprar un ordenador, una de las principales preocupaciones de los usuarios es su durabilidad y son muchas las especulaciones en este tema: ¿cuánto tiempo puede esperarse realmente que funcione correctamente hoy en día?
Sí, realmente son muchas las opiniones que circulan sobre este aspecto concreto de los dispositivos, pero de forma general, hay que hacer una diferenciación entre ordenador de escritorio que alcanza una durabilidad aproximada de cinco años, pero cuando ponemos el foco en los portátiles la vida útil se rebaja a tres años. Esto se debe a diferentes variables, como su calidad y sus componentes, el mantenimiento que se le dé o cuánto se use. Aunque es cierto que hay otros aspectos que pueden influir significativamente, no tanto en su durabilidad, sino más concretamente en su utilidad para el día a día.
A pesar de los avances tecnológicos que aceleran el proceso de obsolescencia, es relevante destacar que es posible alargar notablemente la vida de un ordenador cambiando ciertos componentes cuando estén desactualizados o agotados. Es un proceso parecido al de las actualizaciones de los diferentes programas informáticos o apps: al igual que estas actualizaciones son necesarias para que continúen funcionando adecuadamente con el paso del tiempo, las piezas de los dispositivos también lo necesitan.
Por ejemplo, aunque estamos presenciando la introducción de nuevas placas base y procesadores diseñados para el estándar DDR5 de memorias RAM, las unidades DDR4 aún ofrecen un rendimiento significativo. Aunque sus capacidades y velocidades estén por debajo de los estándares de la nueva generación, estas memorias seguirán proporcionando un rendimiento medio-alto en los próximos años, satisfaciendo los requisitos de la generación actual de juegos y software.
¿Y desde Kingston de qué forma tratáis este tema?
Lo primero a resaltar es que la obsolescencia programada no tiene cabida en nuestros productos. De hecho, nuestro compromiso de fabricar productos tecnológicos de primera calidad y durabilidad y que así los usuarios puedan disfrutar de sus sistemas actuales durante un extenso período.
Adicionalmente, como parte de nuestra estrategia para abordar la problemática general asociada con la obsolescencia programada, en Kingston brindamos a todos nuestros clientes la oportunidad de mejorar el rendimiento de sus dispositivos existentes mediante actualizaciones de memoria y almacenamiento. Esta práctica no solo evita la necesidad de reemplazar dispositivos completos, sino que también contribuye significativamente a prolongar su vida útil.
Este prisma no solo beneficia a los usuarios, sino que también respalda nuestros esfuerzos para reducir el impacto ambiental de todos nuestros productos. Establecemos altos estándares y utilizamos materiales de alta calidad, al mismo tiempo que promovemos medidas como la construcción de unidades energéticamente eficientes y la adopción de prácticas de reciclaje.
«Al igual que las actualizaciones de software son necesarias para que continúen funcionando adecuadamente, las piezas de los dispositivos también lo necesitan con el paso del tiempo» (Jordi García, Kingston)




